top of page

EL DISEÑO SONORO CINEMATOGRÁFICO, ENTRE ESCUCHAS MÁS CONSCIENTES Y DISFRUTABLES .

  • Foto del escritor: Roberto De Valle
    Roberto De Valle
  • 28 oct
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 29 oct

ree

Por Roberto De Valle | Artista Sonoro


Octubre 28, 2025 | Torreón, Coahuila


Fundamentalmente al sonido para cine se le reconoce como esta cortina escenográfica para la mayoría de las audiencias. Es decir, un accesorio, y no entidad viva, capaz de trasmitir algo más allá que lo la propia narrativa cinematográfica y el montaje ya presumen.


La esencia de nuestro trabajo como diseñadores de sonido es cimentar bases creativas, expresivas y estéticas del sonido, bajo un esquema técnico de trabajo fraguado por ese “otro montaje”, el cual en sí mismo narra desde distintos espacios, situaciones y tiempos. Es entonces, más que un adorno, un entramado que define momentos que sin el mismo, quedarían a medias o mal contados.


Ahora bien, pensar en esto requiere de una abstracción evidentemente muy marcada, influenciada por diversos conocimientos que inspiran a moldear y construir ese otro montaje. Desde una influencia del apartado técnico y teórico del sonido, hasta pasar por la mera sensación que nos transmite algo que existe en nuestra realidad y puede reinterpretarse de muchas formas. No obstante no es de mi completo interés en este espacio hablar de cuestiones técnicas, sino creativas y muy puntuales.


Para ello cito a las tres escuchas de Michel Chion, quien ha sido un importante personaje de la escritura sobre cine, y más específico del sonido cinematográfico. Chion me ha ayudado a clarificar la forma en que pensamos el sonido en términos teóricos para trabajar en una película.


La escucha causal nos remite al tema de la causa-efecto, ya que nos permite identificar, clasificar o nombrar algo (incluso desde un supuesto), dándonos herramientas y “niveles” de abstracción muy interesantes. Puedo yo, entonces, comprender que si conozco los que escucho, me brinda información que codifico, aprendo y asimilo. En tanto esta escucha se ve limitada a un punto donde la interpretación, el contexto, la cultura auditiva y el conocimiento de la causa nos permiten viajar entre lo simple que es escuchar y clasificar sonidos de acuerdo a su naturaleza y comprensión propia. 


La escucha semántica es quizá la más extensa por su entendimiento de un “proceso” de codificación y decodificación muy plausible, que comprende lenguajes como el musical, primordialmente y la voz. La significación del sonido desde la fonología, la teoría musical y las diversas ramificaciones del uso de expresiones verbales, pasando hasta la tradición oral.

Finalmente la que considero una escucha “fenomenológica” de carácter extremadamente abstracto, llegando a fomentar una idea de “reducción del sonido” a una mera “cosa”, “entidad”, entre otros tantas ideas que formulan al sonido como un mero objeto de estudio, arrebatándole las cualidades, interpretaciones e ideas del mismo. Esto nos permite acercarnos al fenómeno sonoro sin ninguna clase de carga o concepto en extremo sesgado, codificado o aprehendido. Aquí la idea de construir desde “cero” sonidos, es idealmente una de las formas más profundas de tratar al sonido, maleándolo como un objeto “plástico”, desde todas las cualidades frecuenciales y tonales. Convirtiendo a esta escucha como una exploración total de cada cosa que resuena en nuestro mundo.


Cada una de las escuchas nos permite comprender al sonido cinematográfico como una totalidad que ese nutre de cada una de ellas, mientras la escucha causal (efectos de sonido duros o prácticos, ambientes sonoros, sonidos incidentales o de efecto sala) abre nuestras posibilidades de la comprensión del mundo sonoro que creamos, fomentando una idea creativa, espacial, pero verosímil. Mientras que la escucha semántica (la música y los diálogos), nos lleva desde la emotividad, la narración y estados de ánimo, que nos añade una serie de texturas emocionales y los diálogos como columna vertebral de muchas de las narrativas, nos brindan ese grado de usos muy comunes, pero también que brindan un grado sensible y de comprensión importante a las narrativas. Finalmente la escucha reducida (efectos de diseño, de creación, creativos) nos permiten generar elementos resonantes, poderosos, desde lo espectacular, porque imaginar el rugido de un dinosaurio, o los sonidos de invasión de alienígenas no podrían ser concebidos de otra forma que no sea este apartado profundo y creativo.


Los invito para concluir a reflexionar y pensar cómo escuchamos nuestro mundo, cómo nutrimos las narrativas de películas, series y documentales. Construyendo un montaje que se integra, potencia y añade muchos valores creativos, sensoriales y emotivos a una historia que debe contarse desde muchas aristas, entre ellas la sonora. Es menester de cada uno de nosotros que tenemos un poco de “diseñadores” o “creativos”, para comprender, escuchar o simplemente disfrutar esas narrativas de manera más consciente, la cual nos abrirá un mundo perceptivo y sensible más interesante que una escucha pasiva y poco atenta.


Disfruten de sus películas también a través de el sentido auditivo, al final, es de sabios saber escuchar. Recordamos que escuchando podemos aprender muchísimo más de esos mundos sonoros planteados en las películas, así como nuestro propio mundo resonante.



ree

Comentarios


Nexus Media | Periodismo que transforma

bottom of page